Peter Hook: “Extraño poder tocar ante miles de personas”
Durante su reciente visita a Paraguay conversamos con Peter Hook, el emblemático bajista de Joy Division y New Order, sobre sus años en la música, su participación en dos grandes bandas y la influencia que tienen hasta hoy en día en la nueva camada de músicos.
Formaste parte de varias agrupaciones a través de los años ¿En alguna de ellas te sentiste más cómodo que en otra?
Puedo decir que Monaco en sus comienzos fue fantástico y también estuve muy contento con Revenge. Pero en mi relación de compañeros de banda con Bernard Sumner, todo fue mucho mejor en la época de Joy Division. Allí todos éramos iguales como personas y la música tenía mucho balance entre nosotros cuatro. Por el contrario, en New Order se integró Gillian (Gilbert) pero no fue suficiente como para suplir el espacio que dejó Ian (Curtis). Podría describirlo como una mesa con cuatro patas: en Joy Division las cuatro patas de la mesa eran iguales, perfectas; sin embargo en New Order una era más corta… eso nos desequilibraba muy a menudo.
¿Es un mito esa historia de que el concierto de Sex Pistols fue tan inspirador?
La gran diferencia de ese concierto es que en Inglaterra estábamos acostumbrados a los conciertos donde los artistas están fuera de tu alcance, bandas como Led Zeppelin o Deep Purple. Esos artistas te hacían sentir como que eran superdotados, privilegiados y que estaban por sobre todos nosotros. En cambio con el punk era otro el planteamiento. Al ver a Sex Pistols nos dijimos: “hey! nosotros también podemos hacer eso!”. Cuando vi a Johnny Rotten, todo cambió. Fue a los 21 que comencé con el bajo y ahora esa idea me parece ridícula! De repente, al salir de allí, estaba decido que íbamos a hacer música. Y a partir de eso, no solo una banda caló en la historia, ¡sino dos! ¡Más la Haçienda, más la Factory! ¡Nadie hubiera apostado a nosotros!
¿Qué pasó por tu cabeza cuando el productor Martin Hannett te decía cosas como “más rápido pero más lento”?
Era muy difícil lidiar con una persona como Martin Hannett. Cada vez que hablaba, lo hacía de manera enigmática. Era muy contradictorio. Personalmente creo que tenía problemas para expresarse, y su manera de llevar a buen término las cosas era mediante la creación de caos. Le gustaba mucho dividir, conquistar, y crear a través de ese proceso.
¿Tu técnica para tocar el bajo te pareció singular ya en los 70s? ¿Sentís que influenciaste a bajistas de bandas más recientes?
Sí a ambas preguntas. Escucho mi estilo de tocar el bajo todo el tiempo porque (¡gracias a Dios!) es bastante singular. No sé cómo ocurrió, no estábamos buscando ningún estilo diferente… sólo ocurrió. Ian me alentó a ejecutarlo de esa manera, tal vez fue la química.
Del catálogo de Factory Records, ¿qué ítem es el más importante para vos?
Me gusta la cinta de Sex Pistols que hizo Tony Wilson, era una entrevista que se sacó como una edición limitada en cassette. Me gustaban las cajas de los cassettes de que sacaba la Factory, siempre se esmeraban mucho en el diseño y formato de presentación.
¿Qué extrañas de New Order?
Hay una cosa que sí extraño de New Order y es la posibilidad de presentar tus canciones nuevas ante miles de personas y poder encabezar festivales. Nosotros nos ganamos ese derecho juntos y me lo quieren sacar. Sacarme ese derecho es lo que me parece un insulto y una completa farsa.
Hace poco tiempo tuvimos un renacimiento de bandas muy influenciadas por Joy Division: White Lies, Interpol, Editors, Bloc Party, She Wants Revenge… ¿Escuchas a algunas de ellas?
Sí, White Lies me gustó mucho. De hecho, con mi banda The Light tocamos con ellos cuando estábamos en la gira de “Unknown Pleasures”. El sonido de Joy Division se escuchaba perfectamente en White Lies. ¡Me parece genial! Lo que ocurre con la música es que tienes de comenzar por algún punto de partida como en todo y nosotros comenzamos escuchando Kraftwerk. La diferencia es que pudimos disimular nuestras influencias.
¿Consideras a un DJ como un músico?
Sí, no veo por qué no. Cualquiera que tenga una computadora hoy en día puede ser músico. Pero no cualquiera puede escribir canciones. Hay un arte que se llama composición musical.
¿Qué sabías de Paraguay antes de llegar?
Sabía sobre los nazis y sobre el gran comercio de cocaína (risas). Pero ahora que estoy aquí puedo decir que es un lugar lleno de gente muy agradable y me gusta la manera en que su cultura es evidente a los ojos. Había ido a China anteriormente y me pareció un lugar fantástico, salvaje, con mucha identidad. Mi siguiente visita a China fue luego de cinco años y Beijing estaba llena de Starbucks y Kentucky Fried Chicken. Es muy triste que todos los lugares comiencen a verse iguales porque cuando la gente pierde su identidad, el país pierde también la suya.
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