Slowdive: Un misil de morfina al corazón de la noche

El Primavera Day Asunción 2023 contó con la presencia de Slowdive, la banda pionera del dream pop británico, cuyo hermoso ruido en vivo conmovió y educó a los oídos más atentos, en el Comité Olímpico Paraguayo.

Para la gran mayoría, el grupo oriundo de la ciudad de Reading se ubicaba en la parte menos conocida de la vidriera del festival, en comparación con sus compatriotas de The Cure y los argentinos de Él Mató a un Policía Motorizado, quienes se presentaron después.

Finalmente, la performance de Slowdive hizo que pasen de ser unos «desconocidos», para convertirse en la nueva banda favorita de muchos que se encontraban ajenos a su historia y propuesta, hasta ese entonces.

No es poca cosa, porque hasta los más familiarizados con la leyenda de Slowdive quedaron aún más sorprendidos, porque fue la primera vez que un sonido de esa naturaleza actúa en nuestro país, con los delicados detalles que envuelven a su hipnótico trabajo en el escenario.

Aquel que creció y se acostumbró a escucharlos en su versión de estudio -cuyo viaje sonoro resulta angustiosamente placentero-, verlos en vivo fue como recibir un misil de morfina en un dolorido corazón y provocó genuinas lágrimas de emoción en los ojos de sus viejos fans, quienes presenciaron a una de las visitas musicales más selectas y menos esperadas, en la imaginación del Paraguay.

Para contextualizar, la posición histórica de Slowdive se ubica a la vanguardia de los últimos nuevos sonidos rockeros del Siglo XX, cuando la prensa musical denominó como «shoegaze» y «dream pop» a toda una escena británica de inicios de los noventas, cuando estos aparecieron junto a My Bloody Valentine y Ride, pocos años antes del fenómeno mediático del brit pop, que encabezó Oasis, Pulp y Blur.

Cuando entrevisté a Mark Gardener, vocalista de Ride para Brit Noise en 2018, este me dijo: «El Shoegaze busca un sonido más que una canción”, utilizando instrumentos como la guitarra, pero alterando su sonido tradicional y empujando sus posibilidades en formato de canción bien pensada.

Al principio, estos grupos no eran virtuosos ni eran más aplicados que los punks, con sus «tres notas ramoneras», al contrario, el shoegazer te toca una sola nota en toda una canción, mientras juega con las infinitas posibilidades que ofrece una pedalera de guitarra, sumando otros efectos al bajo y a las voces, para formar una apabullante bola de ruido, que resulta difícil de entresacar sus letras, pero que enamora a los oídos más exigentes y a su vez genera rechazo en la mayoría de los extraños, ya que no se los puede clasificar simplemente como «psicodelia» o «noise rock», porque cuentan con el factor clave de la sensibilidad.

Estas propuestas rompían con la lógica de «música popular», pero resultaron sumamente atractivas por su estética y capacidad intelectual, llegando a influir en otros lenguajes, como el cine de culto del director estadounidense Gregg Araki, uno de los pioneros del new queer cinema y cuya banda favorita se llama Slowdive.

Dentro de esa trinidad de Ride y MBV, los Slowdive supieron destacarse por su fría exquisitez y su voz femenina, a cargo de Rachel Goswell, quien se presentó en Asunción luego de haber sufrido problemas respiratorios en Chile, pero terminó dejando sin aliento a los que la vimos esa noche, junto a sus compañeros, en lo que fue una jornada de ensueño.

Durante el show se notaba el paneo atomizado y uno no podía desprender la vista de las dos guitarras, para poder encontrar a los responsables de las capas y sonidos en movimiento que nos colocaba dentro de un enorme auricular con cápsulas de mando, pero estando al aire libre. El paneo automatizado en vivo era real.

Tras sus clásicos internos como «Alison», «Crazy for you» y «When the sun hits», el público encantado comenzó a corear: «Olé olé, Slowdive, Slowdive», como expresión sincera ante la inesperada conmoción que habían generado, con tan solo diez canciones en vivo.

La veterana banda fue la gran revelación de la noche para muchos y emitió por primera vez sello sonoro original del shoegaze en nuestro país, siendo un acontecimiento muy importante para los entusiastas de ese estilo tan querido e infravalorado.