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Mark Lanegan: «Continúo escuchando a Joy Division, Bauhaus y Siousxie and The Banshees»

Confesión de fan: Jamás había estado tan nervioso al hacer una entrevista con algún artista, como lo estuve en esta oportunidad. Habiendo leído varias notas e historias acerca del legendario Mark Lanegan y su especial temperamento, temía que los quince minutos que me habían asignado resultaran realmente eternos.

Es que Lanegan lleva mucho tiempo en este negocio: ex miembro de Screaming Trees, Queens of the Stone Age, The Gutter Twins y Soulsavers, y es dueño de una de las voces más hipnóticas que ha dado la música en las últimas décadas.

De todas formas, la fantástica oportunidad para charlar con él se dio y la aprovechamos para hablar, entre otras cosas, de su nuevo álbum con su más reciente grupo, The Mark Lanegan Band. Con el título de “Somebody’s Knocking”, este es el cuarto disco con esta formación y salió hace apenas unos días; contiene 14 temas y luego de unas cuantas repasadas, es toda una delicia.

No sólo el disco es agradable. Precisamente al darse la llamada, grande fue mi sorpresa al tener una conversación de lo más amena con un tipo de lo más jovial, y que aparte de eso, Lanegan destacó de buenas a primeras sus ganas por venir a tocar aquí.

“Siempre he querido ir a Paraguay. Ya he tenido la oportunidad de tocar en Brasil, Argentina y el año pasado estuve en Uruguay y fue realmente un placer, así que me gustaría algún día poder volver a tocar en Latinoamérica y en más países. La energía ahí es realmente increíble,” recalcó.

De los 14 canciones que integran este genial “Somebody’s Knocking”, las 6 primeras tiene un ritmo más acelerado, sin tregua alguna; a diferencia de otros discos, donde el vocalista alternaba temas rápidos con otros más lentos. Es precisamente esta media docena que están ubicados los dos primeros cortes y uno puede percibir una energía muy positiva, con sonidos crudos y muy atrapantes, especialmente con “Gazing from the Shore”, de un nivel súper intenso y un coro de lo más sobresaliente.

Para la producción de este álbum, Lanegan trabajó con el notable Alain Johannes. Ante la crudeza de las canciones, Lanegan advirtió que pese al sonido, no se trata de un disco stoner o algo por el estilo, “No lo considero así, pero sí quise grabar la mayor cantidad de canciones pegadizas posible y para ello trabajé con gente que me ayudó a poder lograrlo. No solo encasillaría este disco en un estilo en particular, pero si quise que fuera realmente pegadizo,” subrayó.

El primer corte, llamado “Stich it Up,” que sorprende por ser una canción mucho muy rockera, cuenta con un hilarante video que representa su primera participación en un video luego de más de quince años. “Es mucho tiempo, lo sé. La idea surgió en una cena con Joe Cardamone – director del video – donde conoció al actor Donal Logue. Conectaron de inmediato y todo nació ahí mismo. Cuando tienes la oportunidad de trabajar con gente así, tienes que aprovecharlo. Me divertí muchísimo haciendo este video y refleja la naturaleza misma de la canción,” comentó.

El disco cuenta con un segundo y espectacular video, para otra poderosa canción llamada “Flight Night To Kabul,” dirigido por el también legendario Dean Karr. “Conozco a Dean desde hace mucho tiempo y es un director increíble; dirigió videos icónicos como el “Sweet Dreams” de Marilyn Manson y “No One Knows” de Queens of the Stone Age y lo que hizo fue crear un video con cinco mil fotografías editadas de tal manera que parezca un video, aunque no utilizó un solo pedazo de cinta para ello y el resultado es realmente increíble”.

Es para destacar que Lanegan se muestra muy entusiasmado por este trabajo y los quince minutos pasan volando. Hablamos también del tour para la presentación del disco, que arrancó recientemente en Europa y seguirá hasta finales de este año, y otros proyectos del vocalista, que incluyen el lanzamiento de un libro con sus memorias de los diez años en que vivió en Seattle desde finales de los 80s a principios de los 90s (durante la era de Screaming Trees) y que tendrá el título de “Sing Backwards and Weep”. “Es un libro muy personal, no quiero comentarte mucho sobre el mismo porque tienes que comprarlo y leerlo. Además, compuse algunas canciones que formarán parte de un disco solista que acompañará al libro y están inspiradas en recuerdos y situaciones ahí incluidas. Son canciones totalmente diferentes a lo que vengo haciendo habitualmente, con mucho contenido acústico y electrónico”.

En este aspecto, “Somebody’s Knocking” sí presenta algunos temas más sosegados, como la sentida y bellísima “Playing Hero”, “Paper Hat” y “Penthouse High”, aunque esta última posee un sensacional ritmo en aumento, con bases sampleadas y un coro adictivo. Y si bien otras canciones
vuelven a reputar la intensidad y la velocidad, el final con “Two Bells Ringing at Once” es realmente sublime. Entonces comprendemos eso de las canciones pegadizas. ¡Sí que lo son!

Volviendo a la charla, Lanegan también nos comentó sobre sus gustos musicales. “Lo que escucho ahora es mucha música electrónica underground, en su mayoría instrumental; lo he hecho desde que tengo memoria. En la actualidad no escucho mucho rock moderno ya que no es lo mío; prefiero otro tipo de música, pero sí continúo escuchando a Joy Division, Bauhaus y Siousxie and The Banshees”, que citó como influencias.

Por último, hablando sobre el inevitable tema de la industria musical, el vocalista de 54 años fue más que tajante. “Todo es bastante criminal en estos momentos. La industria no genera lo que un músico debería ganar. Déjame ponerlo de este modo: uno puede obtener más de medio millón de reproducciones en Spotify y aun así ganar más dinero como empleado de medio turno en McDonald’s, y eso no está bien. Es por eso que prefiero hacer tours y dedicarme a hacer música, a pasar el tiempo con mi esposa y con mis animales, que es lo que básicamente hago todo el tiempo, porque si no estoy con mi banda, estoy trabajando en mi discográfica, o estoy escribiendo cosas personales o con el grupo de mi esposa. Y eso es lo que básicamente me gusta hacer,” finalizó.

Para la despedida, reiteró sus deseos de visitar Paraguay. “Ojalá nos veamos pronto”.

Ojalá Mark, ojalá.




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